EL sanginario
EL inocente
EL inocente
Herodes mandó matar a los inocentes menores de dos años queriendo asesinar con ellos a Jesús, y así eliminar, la amenaza de ese rey desconocido sobre su débil reinado.
Esta triste historia quedo registrada en el Evangelio de Mateo capítulo dos y ha servido como inspiración a través del tiempo a varios artistas de los diferentes periodos de la Historia del Arte.
Cada artista dio su interpretación del horrible momento; llanto de madres y niños contrastando con la frialdad de los asesinos.
Pero ¿acaso hoy no se trata de "matar a Jesús"?
Si. Hoy se trata de matar a Jesús. ¡Como si se pudiera! Hoy se lo quiere eliminar de todos los aspectos del hombre posmoderno.
Este hombre busca dentro de su corazón, y quiere eliminar todo lo que le recuerde aquel nombre que amenaza su comodidad.
Otros eliminan ese nombre de sus recuerdos; aquel nombre que conocierón un día y que ahora niegan.
Otros eliminan de sus vidas a aquellos que profesan su nombre.
El hombre de hoy, se parece a Herodes. Ni más ni menos.
Tristemente este "Herodes" se pierde la experiencia de elevar su voz a aquél Jesús cuyos padres huyerón a Egipto y que luego murio y resucitó para darnos vida eterna.
Ese "Herodes" no puede entender al Salmista cuado dice: Cantaré al SEÑOR toda mi vida: cantaré salmos a mi Dios mientras tenga aliento. (Salmo 104)
No lo podra cantar porque "mato" a Jesús, y lo saco de su corazón.