miércoles, 12 de febrero de 2014

 
 

Bella corona

 
 

 
La globalización valiendose de la más avanzada tecnología pone a nuestro alcance el conocimiento acumulado en todas las épocas de cada cultura en los lugares más remotos jamás conocidos. Esto es maravilloso.
Podemos consultar cualquier cosa en tiempo real. Llenamos aquellos vacios que nos dejo una deficiente educación con tan solo ver  un programa de unos cuantos minutos. Podemos adquirir un título universitario a distancia o participar de los más diversos reportajes y pensamientos en el cine, revistas o libros descargados en nuestras tablets con tan solo un ¡Click!
 Podemos asistir a una exposición virtual en cualquier museo o galería en las más distantes ciudades. Podemos tener conocimiento, si queremos. 
Pensando en esto, me encuentro con este maravilloso video acerca de Albert Einstein, que me hace recordar lo dicho por Dios desde la eternidad :
 
Escuchen, hijos, la corrección de un padre; disponganse a adquirir inteligencia. Yo les brindo buenas enseñanzas, así que no abandonen mi instrucción.
Cuando yo era pequeño y vivía con mi padre, cuando era el niño consentido de mi madre, mi padre me instruyó de esta manera:
<<Aférrate de corazón a mis palabras; obedece mis mandamientos y vivirás. Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no olvides mis palabras ni te apartes de ellas.
No abandones nunca a la sabiduría, y ella te protegerá; ámala, y ella te cuidará. La sabiduría es lo primero. ¡Adquiere sabiduría!
Por sobre todas las cosas, adquiere discernimiento. Estima la sabiduría, y ella te exaltará; te pondrá en la cabeza una hermosa diadema; te obsequiará una bella corona.>> (NVI)
Proverbios 4 : 1 - 9
 
Y tambien recuerdo: 
 
Así conocerán el misterio de Dios, es decir, a Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. (NVI)
Colosenses 2 : 2- 3

martes, 11 de febrero de 2014

Retablo de Isenheim

 
 

Todos evitaban mirarlo




 
Mattias Grünwald (1475 - 1528) plasma su visión de la crucificción de Cristo en su famoso retablo pintado para la capilla del hospital del monasterio de Isenheim.
El panel central de este políptico nos muestra a un Cristo con llagas e incrustado de espinas y  desfigurado. La tensión del momento es sin igual dentro de la iconografia inspirada en la muerte del Salvador. A diferencia de otras grandes obras dentro de la historia del arte esta se destaca porque su autor trató de acercarse  al verdadero semblante de aquel Dios hecho hombre en el momento de su muerte en una cruz. Muerte, por amor a ti y a mi. ¡Un inocente en mi lugar!
Repasar de nuevo este extraordinario retablo me lleva a confrontarlo con lo descrito en la Biblia, y es entonces, cuando solo puedo guardar silencio y dar gracias de manera reverente al único que merece mi más profunda admiración: A Jesús el Cristo, el Unigenito de Dios.


Miren, mi servo triunfará;
será exaltado, levantado y muy
enaltecido.
Muchos se asombraron de él, pues tenía desfigurado el semblante;
¡nada de humano tenía su aspecto! (NVI)
Isaías 52 : 13 - 14

Despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, hecho para el sufrimiento.
Todos evitaban mirarlo; fue despreciado, y no lo estimamos.
Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado. Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.
Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno seguía su propio camino, pero el SEÑOR hizo recaer sobre él  la iniquidad de todos nosotros. Maltratado y humillado, ni siquiera abrió su boca; como cordero, fue llevado al matadero; como oveja, enmudeció ante su trasquilador; y ni siquiera abrió su boca. (NVI)
Isaías 53 : 3 - 7  

 
 

   

Olas Gigantes - Tormenta en el mar

El Señor está en medio de ti, poderoso,  el salvará; Sofonias 3:17