jueves, 1 de agosto de 2013

Cabeza 

 
 
                                        C 
                                              a
                                                   b
                e   
                       z
                        C  o  r  t  a  d a
 

Algunas veces pienso al repasar este cuadro:
¡Que lejos estuvo Leonardo de representar al verdadero Juan Bautista! Lo pienso sin querer desmeritar en lo más minimo esta gran pintura en la que el artista florentino, hace gala de todo su conocimiento pictórico; su extraordinario sfumato que crea una atmósfera en la que se funde magistralmente todo con esa gradualidad tonal que hace emerger de la oscuridad al Bautista, con tal fuerza, que "himnotiza" por momentos al espectador, que fijando su mirada en el profeta descubre lentamente como la luz, emerge de la figura y no de otra fuente. Este joven y apuesto Juan es producto de la idealización de la belleza humana buscada por los artistas del renacimiento cuyo centro era el hombre mismo.  
               
    El Bautista, primo de Jesús y seis meses
    mayor, es descrito en la Palabra, unica
    fuente confiable cuando se trata de los
    asuntos de Dios.
 

Juan hablaba abiertamente y sin temor ninguno.
Decía: <<Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca.>> Juan era aquel de quien había escrito el profeta Isaías: << Voz de uno que grita en el desierto: "preparen el camino para el Señor, háganle sendas derechas.">>
La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello. Llevaba puesto un cinturón de cuero y se alimentaba de langostas y miel silvestre. Acudía a él la gente de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región del Jordan. Cuando confezaban sus pecados, él los bautizaba en el río Jordán.
Pero al ver que muchos fariseos y saduceos llegaban adonde él estaba bautizando, les advirtió: << ¡ Camada de víboras ! ¿Quién les dijo que podrán escapar del castigo que se acerca? Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento. No piensen que podrán alegar: "Tenemos a Abraham por padre." Porque les digo que aun de estas piedras Dios es capaz de darle hijos a Abraham. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no produzca buen fruto será cortado y arrojado al fuego. >> Yo los bautizo a ustedes con agua para que se arrepientan. Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Él los bauttizará con el Espiritu Santo y con fuego. Tiene el rastrillo en la mano y limpiará su era, recogiendo el trigo en su granero; la paja, en cambio, la quemará con fuego que nunca se apagará.>> (NVI) Mateo 3 : 2 - 12
 
Jesús dijo de él:   Les aseguro que entre los mortales no se ha levantado nadie más grande que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.
Luego añade: Y si quieren aceptar mi palabra, Juan es el Elías que había de venir. (NVI) Mateo 11
Este Elías del que habla Jesús se enfrento a cuatrocientos cincuenta  profetas de Baal, sumados a cuatrocientos de la diosa Aserá, a quienes derrotó y eliminó en un mismo día  en  la época del perverso rey Acab; escena poderosamente descrita en 1 Reyes 18.
 
Su arrojo le costó la cabeza en época de Herodes el tetrarca, quien lo había arrestado y encadenado por causa de Herodías esposa de Felipe, hermano de Herodes.
Es que Juan había estado diciendole: << La ley te prohíbe tenerla por esposa.>> (NVI) Mateo 14 :4
La escena se describe extraordinariamente en Mateo 14.
 
La Biblia fuente de inspiración artistica nos deja ver al verdadero Juan.
El amor por Dios nos llena de su  poder y el celo por sus asuntos nos puede cortar la cabeza.
Pero perder la cabeza por Jesús no esta nada mal.
 










 
 
 
 
 
 
 
 
 
   


 
                                                                             
  

Olas Gigantes - Tormenta en el mar

El Señor está en medio de ti, poderoso,  el salvará; Sofonias 3:17