lunes, 2 de diciembre de 2013

 

¡Les digo que no!

 
 
En aquella ocasión algunos que habían llegado le
contaron a Jesús cómo Pilato había dado muerte a
unos galileos cuando ellos ofrecían sus sacrificios.
Jesús les respondió: <<¿Piensan ustedes que esos
galileos, por haber sufrido así, eran más pecadores que
todos los demás? ¡Les digo que no! De la misma
manera, todos perecerán, a menos que se
arrepientan. ¿O piensan que aquellos dieciocho que
fueron aplastados por la torre de Siloé eran más
culpables que todos los demás habitantes de
Jerusalén? ¡Les digo que no! De la misma manera,
todos ustedes perecerán, a menos que se
arrepientan.>>
 
Entonces les contó esta parábola: <<Un hombre tenía
una higuera plantada en su viñedo, pero cuando fue a
buscar fruto en ella, no encontró nada. Así que le dijo
al viñador: "Mira, ya hace tres años que vengo a
buscar fruto en esta higuera, y no he encontrado nada.
¡Córtala! ¿Para qué ha de ocupar terreno?" "Señor
__le contestó el viñador__, déjela todavía por un año
más, para que yo pueda cavar a su alrededor y echarle
abono. Así tal vez en adelante dé fruto; si no;
córtela.>> (NVI)
Lucas 13 : 1 - 9
 
 
Así como este viñador pidió al dueño del viñedo que
le diera un año más a la higuera, Jesús quiere cavar en
nuestro corazón una vez más antes de que sea tarde.
Él nos llama una y otra y otra vez. Él insiste porque
nos ama y no quiere que nos pase lo que le pasará a la
higuera si en un año no da fruto.
Hay una palabra que a muchas higueras no les gusta
escuchar:
¡Arrepentimiento!
Pero, por ahí empieza todo.
Así se prepara el terreno de tu corazón, 
 para ese viñador maravilloso. 
 
 
 
 
     

Olas Gigantes - Tormenta en el mar

El Señor está en medio de ti, poderoso,  el salvará; Sofonias 3:17