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Tengo que volver a mi padre y decirle: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo; trátame como si fuera uno de tus jornaleros." Así que emprendió el viaje y se fue a su padre.
>> Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó. El joven le dijo: "Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo." Pero el padre ordenó a sus siervos: "¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado." Así que empezaron a hacer fiesta. (NVI)
Lucas 15 : 17 - 32
Rembrandt,(1606 - 1669) el celebre pintor holandés inspirado en uno de los más hermosos pasajes Bíblicos, plasma de la mejor manera posible la parábola del hijo perdido narrada por el propio Jesús.
Con su característico manejo de la luz, Rembrandt, imprime esa atmosfera cálida cargada de drama alrededor de las dos figuras centrales padre e hijo ante la mirada de los otros personajes que en un silencio reflexivo asisten a un reencuentro emotivo y único.
De igual manera único y emotivo es nuestro encuentro con el Padre a través de Jesucristo.
Así fue por primera vez cuando reconocimos al sacrificado Hijo de Dios en la cruz por todos nosotros, los que estábamos lejos y perdidos de él; y así será para todo aquel que ahora y en el futuro se arrepienta, pida perdón, y se deje abrazar por el único Dios que extendiendo sus brazos corre hacia nosotros, nos rodea con su amor nos perdona y celebra con alegría el regreso de sus hijos.
