viernes, 15 de noviembre de 2013

 

Él oculta su rostro

 
 
 
 
 
 
¿Le reclamos a Dios?
¿Lo culpamos por todo? 
  
Job tuvo que reconocer su ignorancia,
y simplemente decir:
 
De oídas había oído hablar de ti,
pero ahora te veo con mis propios
ojos.
Por tanto, me retracto de lo que he
dicho,
y me arrepiento en polvo y ceniza.>>
(NVI) Job 42 : 5 - 6
 
La mano del SEÑOR no es corta para salvar, ni es sordo su oído para oír. Son las iniquidades de ustedes las que los separan de su Dios. Son estos pecados los que lo llevan a ocultar su rostro para no escuchar. Ustedes tienen las manos untadas de sangre y los dedos manchados de iniquidad.
Nadie clama por justicia, nadie va a juicio con integridad. Se confía en argumentos sin sentido, y se mienten unos a otros.
Conciben malicia y dan a luz perversidad. Incuban huevos de víboras y tejen telarañas. El que coma de estos huevos morirá; si uno de ellos se rompe, saldrá una culebra.
Sus tejidos no sirven para vestido; no podrán cubrirse con lo que fabrican. Sus obras son obras de iniquidad, y sus manos generan violencia. Sus pies corren hacia el mal; se apresuran a derramar sangre inocente. Sus pensamientos son perversos; dejan ruina y destrucción en sus caminos. 
No conocen la senda de la paz; no hay justicia alguna en su camino. Abren senderos tortuosos, y el que anda por ellos no conoce la paz.
 
Por eso el derecho está lejos de nosotros, y la justicia queda fuera de nuestro alcance.
Esperábamos luz, pero todo es tinieblas: claridad, pero todo andamos en densa oscuridad.
Vamos palpando la pared como los ciegos, andamos a tientas como los que no tienen ojos.
En pleno mediodía tropezamos como si fuera de noche; teniendo fuerzas esta mos como
muertos. Todos nosotros gruñimos como osos, gemimos como palomas. Esperábamos la justicia, y no llegó; ¡La liberación sigue lejos de nosotros! 
 
Tú sabes que son muchas nuestras rebeliones; nuestros pecados nos acusan. Nuestras rebeliones no nos dejan; conocemos nuestras iniquidades.
Hemos sido rebeldes; hemos negado al SEÑOR. ¡Le hemos vuelto la espalda a nuestro Dios! Fomentamos la opresión y la traición; proferimos las mentiras concebidas en nuestro corazón. Así se le vuelve la espalda al derecho, y se mantiene alejada la justicia; a la verdad se le hace tropezar en la plaza, y no le damos lugar a la honradez. No se ve la verdad por ninguna parte; al que se aparta del mal lo despojan de todo. 
 
El SEÑOR lo la visto, y le ha disgustado ver que no hay justicia alguna. Lo ha visto, y le ha asombrado ver que no hay nadie que intervenga. Por eso su propio brazo vendrá a salvarlos; su propia justicia los sostendrá. Se pondrá la justicia como coraza, y se cubrirá la cabeza con el casco de la salvación; se vestirá con ropas de venganza, y se envolverá en el manto de sus celos. Les pagará según sus obras; a las costas lejanas les dará su merecido: furor para sus adversarios, y retribución para sus enemigos.
 
Desde el occidente temerán el nombre del SEÑOR, y desde el oriente respetarán su gloria. Porque vendrá como un torrente caudaloso, impulsado por el soplo del SEÑOR.
 
<<El Redentor vendrá a Sión; ¡vendrá a todos los de Jacob que se arrepientan de su rebeldía! __afirma el SEÑOR__.
 
>>En cuanto a mí __dice el SEÑOR __, éste es mi pacto con ellos: Mi Espíritu que está sobre ti, y mis palabras que he puesto en tus labios; no se apartarán más de ti; ni de tus hijos ni de sus descendientes, desde ahora y para siempre
__dice el SEÑOR__.
(NVI) Isaías 59
 
Por esto, Salmo 32 nos enseña algo maravilloso:
 
Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, 
a quien se le borran sus pecados. 
Dichoso aquel a quien el SEÑOR no toma en cuenta su maldad 
y en cuyo espíritu no hay engaño. 
Mientras guarde silencio, mis huesos se fueron consumiendo 
por mi gemir de todo el día. 
Mi fuerza se fue debilitando como como al calor del verano, 
porque de día y de noche tu mano pesaba sobre mí. 
Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. 
Me dije: <<Voy a confesar mis transgresiones al SEÑOR>>, 
y tú perdonaste mi maldad y mi pecado (NVI) 
Salmo 32 : 1 - 5
 
Y el Bautista nos dijo:
 
Al día siguiente Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo:
<<¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!
(NVI) Juan 1 : 29
 
 

Olas Gigantes - Tormenta en el mar

El Señor está en medio de ti, poderoso,  el salvará; Sofonias 3:17