¿Sabes una cosa Señor Jesús?
Yo era una bestia que lejos vagaba sin ti.
Adulado y adulador era. Engañado y engañador fuí.
Por mi mente no pasabas; tu poesía no cabía en mi.
El aire faltaba, pero en mi propia luz nadaba.
¿Ayudarme Dios a mi?
¿Como podía pasar por mi mente algo así?
Del Siglo XXI sin haber llegado a él, ese era yo.
¿Para que Dios? ¿Para qué su Hijo?
Si el arte y la ciencia, eran el centro de mi atención.
Pero corta es la vista y muchas veces lo es aún más
la razón.
Hoy, como bien lo dice el Salmista:
Sólo en Dios haya descanso mi alma;
Sólo en Dios haya descanso mi alma;
de él viene mi salvación. (NVI)
Salmo 62 : 1