viernes, 1 de noviembre de 2013

 

 

Job no pecó

 
 
Cuando hemos decidido seguir a Cristo tardamos  en comprender que esperar en medio de una situación difícil cuesta, pero vale la pena.
Aprendemos a poner freno a nuestra boca por ejemplo. Entonces, nos dirigimos respetuosamente al SEÑOR.
Aprendemos a tener paciencia y su valor. Se desarrolla en nosotros la dependencia de aquél que todo lo puede.
Pero, lo más importante, es que podremos ver la gloria de Dios. Es decir, podremos ver como se solucionan las cosas a nustro favor, no por nuestra propia sagacidad e inteligencia, sino por la sabiduría e inteligencia de Dios, quien tiene la solución perfecta que fluye de un corazón lleno de amor y preocupación por el bienestar de sus hijos. En otras palabras podremos ver la intervención de Dios en nuestra vida.
El problema es que tendemos a quejarnos o queremos darnos por vencidos y tomar una solución facil que puede manchar nuestra reputación undiendo nuestras vidas para siempre. Buscamos al hombre y no a Dios. Buscamos lo más facil.
Sorprende la historia de Job, y maravilla su integridad. ¡Que ejemplo!
Personalmente, por situaciones que no se compararían con las de Job, tomé el camino facil y tuve que volver a empezar. Perdí el privilegio de ver la gloria de Dios en mi vida. No escuché. No confié. Fue lamentable. Tardé en comprender que muchas situaciones difíciles, lo son, porque en ellas, veré la gloria de Dios.
 Y, pensar que él solo quería lo mejor para mi.
Duele. Pero pienso que le duele más a Jesús.
 
¿Sabes? desesperado por cierta situación difícil que me tenía al borde del abismo, pasé por una libreria y  a través del vidrio leo "Nunca te rindas". Era el título de un libro exhibido allí. No se quien era el autor, pero, esto basto para comprender que no debía abandonar mi talento como artista. Ya vendran exposiciones y reconocimiento. Es allí donde veré la gloria de Dios en mi vida. Dios te puede contestar así: "No te rindas".
 
 
Al llegar a este punto, Job se levantó, se rasgó las vestiduras, se rasuró la cabeza, y luego se dejó caer al suelo en actitud de adoración. Entonces dijo:
<<Desnudo salí del vientre de mi madre,
y desnudo he de partir.
El SEÑOR ha dado; el SEÑOR ha
quitado.
¡Bendito sea el SEÑOR!>>
 
A pesar de esto, Job no pecó ni le 
echó la culpa a Dios.
(NVI) Job 1 : 20 - 22
 
Y Job, sentado en medio de las cenizas, tomó un pedazo de teja para rascarse constantemente.
Su esposa le reprochó:
__¿Todavía mantienes firme tu integridad?
¡Maldice a Dios y muérete!
Job le respondió:
__Mujer, hablas como una necia. Si de Dios sabemos recibir lo bueno, ¿no sabremos también recibir lo malo?
A pesar de todo esto, Job no pecó ni de palabra.
(NVI) Job 2 : 8 - 10
 
Si Job hubiera hecho caso a su esposa se habría perdido lo siguiente:
 
 
El SEÑOR le respondió a Job desde la tempestad. Le dijo:
<<Quién es éste, que oscurece mi 
consejo
con palabras carentes de sentido?
Prepárate a hacerme frente;
yo te cuestionaré, y tú me
responderás.
(NVI) Job 38 : 1 - 3

Pero, lo más importante es que Dios se revelará a ti:

Job respondió entonces al SEÑOR. Le dijo:
<<Yo sé bien que tú lo puedes todo,
que no es posible trustrar ninguno de
tus planes.
"¿Quién es éste __ has preguntado__,
que sin conocimiento oscurece mi consejo?"
Reconozco que he hablado de cosas
que no alcanzo a comprender,
de cosas demasiado maravillosas
que me son desconocidas.
 >>"Ahora escúchame, que voy a hablar
__dijiste__;
yo te cuestionaré, y tú me 
responderás."
De oídas había oído hablar de ti,
pero ahora te veo con mis propios
ojos.
Por tanto, me retracto de lo que he
dicho,
y me arrepiento en polvo y ceniza.>>
(NVI) Job 42 : 1 - 6 
  
 
El SEÑOR bendijo más los últimos años
de Job que los primeros, pues llegó a tener
catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil
yuntas de bueyes y mil asnas. Tuvo tam
bién catorce hijos y tres hijas. A la primera
de ellas le puso por nombre Paloma, a la se
gunda la llamó Canela, y a la tercera, Linda.
No había en todo el país mujeres tan bellas
como las hijas de Job. Su padre les dejó una
herencia, lo mismo que a sus hermanos.
Después de estos sucesos Job vivió ciento
cuarenta años. Llegó a ver a sus hijos, y a
los hijos de sus hijos, hasta la cuarta genera
ción. Disfrutó de una larga vida y murió en
plena ancianidad.
(NVI) Job 42 : 12 - 16

Podemos cantar a él agradeciendole por su
ayuda.
 
   

Olas Gigantes - Tormenta en el mar

El Señor está en medio de ti, poderoso,  el salvará; Sofonias 3:17