La Iglesia Católico Romana cambió con el tiempo de manera sigilosa, calculada y serpenteante, el Séptimo día que es el Sábado, por el espurio Domingo.
Lamentablemente el protestantismo perdió Durante el Concilio de Trento al demostrársele por parte del Catolicismo que ellos guardaban también el Domingo obedeciendo al Papado pues, fueron abandonando el Cuarto mandamiento del Sábado.
Al final de la historia, el conflicto se agudizará entre los que guardan y cumplen los mandamientos de Dios incluído el Sábado como ancla principal, y los que aceptan y guardan el Domingo como Marca de autoridad Papal.
Roma NO ha cambiado; cambió el Protestantismo.