La vida eterna
Queridos hijos, ésta es la hora final, y así como ustedes 
oyeron que el anticristo vendría, muchos son los anticristos 
que han surgido ya. Por eso nos damos cuenta de que ésta es 
la hora final. Aunque salieron de entre nosotros, en realidad 
no eran de los nuestros; si lo hubieran sido, se habrían quedado con
 nosotros. Su salida sirvió para comprobar que ninguno de ellos 
era de los nuestros. 
Todos ustedes, en cambio, han recibido unción del Santo, de 
manera que conocen la verdad. No les escribo porque ignoren 
la verdad, sino porque la conocen y porque ninguna mentira 
procede de la verdad. ¿Quién es el mentiroso sino el que niega 
que Jesús es el Cristo? Es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. 
Todo el que niega al Hijo no tiene al Padre; el que reconoce al Hijo 
tiene también al Padre. 
Permanezca en ustedes lo que han oído desde el principio, y así 
ustedes permanecerán también en el Hijo y en el Padre. 
Ésta es la promesa que él nos dio: la vida eterna. 
Estas cosas les escribo acerca de los que procuran engañarlos. 
En cuanto a ustedes, la unción que de él recibieron permanece 
en ustedes, y no necesitan que nadie les enseñe. Esa unción es 
auténtica __no es falsa__ y les enseña todas las cosas. 
Permanezcan en él, tal y como él les enseñó. (NVI) 
1 de Juan 2 : 18 - 27
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